Llevo 3 días durmiendo poco y mal, que logro compensar durmiendo luego en el sofá unas dos horas por la mañana. Lo quiera o no, esto me desequilibra un poco y me hace estar más nerviosa de lo normal, lo que intento remediar leyendo y escuchando música. He escuchado mucho a Stravinsky y a Schoenberg, esos los que más. Y cuantísimo los disfruto en esta nueva etapa “de reposo” que me ha tocado vivir. Al menos salgo a por el pan y a por flores. He aprendido a convivir con los puntos y aunque ya no duelen sí que siguen tirando un poco. Intento tomar vitamina C con el zumo de manzana que me bebo cada día, intento mantenerme hidratada con mis dos litros de agua diarios, intento llevar un equilibrio entre estar sentada en el sofá y lo que ando al día para que me cicatricen bien las heridas. Si para el viernes estoy bien, iré a comer a casa de mis suegros el domingo, y quién sabe si lo mismo al teatro, que ya lo echo de menos.
Ayer pude leerme Poética musical de Stravinsky y valga decir que me maravilló. Entre ayer y hoy, también me he leído el libro que Bruno Walter dedicó a su amado Gustav Mahler, una maravilla. Y he empezado una biografía de Maria Callas que sacó Lumen hace unos años. Y es que leer en el ordenador es de lo más agradable que hay, lo prefiero al Kindle porque no tengo que sostener nada en las manos. Y puedo leer más rápido y con más precisión. He aprendido a subrayar en él, lo que me mantiene concentrada en aquellos párrafos o frases que me gustan. Ha sido todo un descubrimiento esto de que hayan libros descatalogados y se puedan conseguir en PDF.
Esta mañana salí a por el pan y el desayuno. En la calle hacía mucho frío, el aire viene muy helado y yo eché en falta una bufanda y unos guantes para mi cuerpo. Este gran cuerpo que no deseo. No deseo mi cuerpo porque con los años ha cambiado mucho y me siento pesada y torpe. Quisiera adelgazar. No como mal, pero no hago nada de ejercicio y la medicación que tomo influye mucho en mi metabolismo haciéndolo lento lentísimo. Ahora mismo escucho a Shostakovich y acabo de terminar de leer un capitulo de la biografía de Maria Callas. Estoy haciéndome con libros de y sobre músicos porque quiero empezar ya a culturizarme musicalmente y no esperar a ser más mayor (que ese era mi plan para cuando fuera viejecita). No me quiero morir sin esa espinita clavada y una nunca sabe cuándo va a dejar este mundo. O es ahora o nunca. No quiero postergar más cosas, la operación me ha hecho pensar en esto.
Leer a Bruno me ha abierto la mente y he pensado en esa autobiografía con la que estoy. Me ayuda leer biografías a ponerme con la mía, a intentar darle una voz propia, desde el yo. Haciéndola sensible a esas cosas que tanto me han tocado a lo largo de la vida. Quisiera decirme a mí misma que pese a las tragedias ocurridas no he salido mal parada del todo: me dedico a lo que me gusta aunque también sea ama de casa y me concibo como una mujer con múltiples intereses que intenta culturizarse lo máximo posible para hacer de mi espíritu un ente creativo y unifocal para el arte. Todo, absolutamente todo de lo que me nutro me sirve para crear o para dialogar con otras personas. Estoy contenta porque ya no me falta expresión en mi día a día, si digo algo, lo digo porque me sale del corazón y porque lo considero necesario. Volviendo a la música…
La música me calma. No sabéis lo bien que me hace la música clásica para mis ratos de aburrimiento y nerviosismo. Llevo 3 días así y he pensado que me voy a dejar el café con cafeína de una vez, a ver si puedo. Quizá por eso no duerma todo lo que debería. Aunque duermo 8-9 horas cada día, se entrecortan y se entrelazan las horas de cama con el sofá y eso no me gusta porque no lo considero sano. Leo las biografías de los autores que me gustan y me emociono cuando se emocionan ellos. No sabía del carácter tan fuerte que tenía Mahler, se le veía como a una persona endeble, pero tenía una personalidad muy fuerte y con las ideas muy afianzadas. Sin embargo no me fio mucho de las personas con tantos prejuicios, –aunque tengo amigos que tienen muchos– y es que era un ser de genio pero también algo “nazi” (no es el término apropiado pero no encuentro ninguno mejor) con el resto de personas que no habitaban su punto de referencia. Quiero leer ahora a Schoenberg, me parece un músico increíble. El Verklärte Nacht es una cosa deliciosa y sus piezas para piano me parecen preciosas.
Como veis estoy últimamente muy influenciada por la música clásica y es que ha logrado tener un peso en mis referentes como ninguna otra música aparte del ambient (Stars of the Lid, Christina Vantzou, Poemme, Grouper…) La música clásica llega a puntos de mi ser que otras músicas no hacen, me equilibra. Me hace estar en sintonía con el entorno y lo que quiero expresar. Almuerzo ahora un zumo de manzana y me digo que pronto muy pronto estaré recuperada. Que ya no duele cuando me siento o me levanto, solo pica y la piel está tirante por dentro, pero no duele. Eso es todo un logro. También es cierto que nunca he tenido problemas a la hora de cicatrizar heridas, así que estos tajos que me han hecho deben ir bien. Los puntos de fuera están empezando a caerse y los de dentro deberían empezar a reabsorberse.
Son las 12:06h de un domingo. Los domingos me chiflan para escribir aquí y para escribiros a vosotros. Siento que termina una semana y con ella terminan otras cosas para dar paso a lo nuevo. El muchacho lee a Péter Nádas, Almanaque se llama el libro. Yo también quiero leerlo. Su libro Melancolía me pareció increíble y estoy segura que este también me encantará. Eso me dice el muchacho.
Espero vaya poco a poco cediendo el dolorcito, querida. Que duermas mejor y que encuentres en la música consuelo y calma, siempre *